El término «tercer belaundismo» hace referencia al resurgimiento y evolución del ideario político de Fernando Belaúnde Terry, quien lideró Perú en dos periodos presidenciales (1963-1968 y 1980-1985). A diferencia de los primeros años del Belaundismo, marcados por la aspiración a modernizar el país a través de grandes obras de infraestructura y una visión integradora del territorio peruano, el tercer belaundismo plantea un retorno a esos principios, pero adaptados a los desafíos del siglo XXI.
Este movimiento busca reivindicar la figura de Belaúnde en un contexto donde la política peruana se enfrenta a una crisis de representatividad y falta de liderazgo. En este sentido, el tercer belaundismo no solo aboga por la renovación de la infraestructura y el desarrollo sostenible, sino también por la revalorización del diálogo y la concertación como herramientas para la gobernabilidad.
El tercer belaundismo invita a reflexionar sobre la importancia de la planificación a largo plazo, el respeto a las instituciones y la participación ciudadana como pilares fundamentales para enfrentar los retos actuales. Al rescatar el legado de Belaúnde Terry, este movimiento busca ofrecer una alternativa política que se aleje del cortoplacismo y apueste por un desarrollo integral y equitativo para el país.
En un contexto de polarización y crisis, el tercer belaundismo se presenta como una corriente que aspira a reconectar a la política peruana con los valores democráticos y el compromiso con el bienestar de todos los peruanos. Su enfoque renovado podría ser clave para construir un futuro más prometedor y estable para el Perú.