¿Mejorar productividad y exportar papa?

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semillas de papa

Las verdaderas semillas de papa abren una vía para producir material homogéneo, de primera generación, cotizable internacionalmente y producido por las comunidades más postergadas.

Leo en el decano la columna de mi amigo Jaime de Althaus y estoy de acuerdo: comprar excedentes paperos es un mal precedente. Y sí, es un crimen que “el Ministerio haya dejado de lado el sistema de información de intenciones de siembra para prevenir la sobreproducción”. Lo más importante es que con la Interoceánica ahí no hayamos sido todavía capaces de exportar la papa a Brasil. Jaime sostiene con razón que para eso es imprescindible elevar la producción de la sierra. Acá una vía.

Este modelo tiene la ventaja de que no requiere gran capital, salvo la inversión en tiempo y mano de obra: a algo que las comunidades siempre han tenido. Hablamos de producir papa de primerísima calidad, de generación FI, en base a la semilla sexual de papa (SSP) o true potato seed  (TPS). Si alguna vez tuvo el privilegio de ver la papa en campo, sabrá que tiene una floración o a lo mejor lo sabe también porque escuchó la celebrada canción dedicada a la flor de papa. Además de los tuberculillos subterráneos, su follaje y su flor… la papa produce una suerte de baya, que en mi infancia andahuaylina se conocía como albunto. Si usted abre la baya, encontrará unas pepitas como de tomate. Esas pepitas son TPS.

Al ser fruto de una polinización natural, esas pepitas son el resultado del contacto de una madre y varios papás; por eso se llama sexual. Obviamente el Inca conocía esto y lo usaba para comer rico pues no se iba a llevar a la boca cualquier tubérculo. Y los paperos rurales de hoy usan esa semilla para mejorar especies a escala familiar, pues todos los tuberculillos salen “cero kilómetros”. Pero la diversidad de tuberculillos impide su comercialización.

Ya no más. Hace más de veinte años que el Centro Internacional de la Papa ha logrado homogeneizar los tuberculillos de TPS y esa sensación no termina de aterrizar en campo por falta de liderazgo, pero también por oscuros intereses semilleristas que no quieren perder un mercado que consideran cautivo. La TPS está libre de virus, lo que abarata el costo de producción. Además no hay que desplazarse, y pagar precio y flete altos, para comprar semilla certificada con virus incluido.

La TPS la cultivas tú mismo sobre terreno solarizado: tierra pasteurizada naturalmente y libre de virus. Una cama de un metro por cien con semilla cada diez centímetros te produce, luego de dos aporques y tres meses, la suficiente cantidad de tuberculillos frescos para cultivar una hectárea y alcanzar una mayor y más rica productividad (continuará y de inmediato…. si la coyuntura no interrumpe).

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